La avena es un cereal que consumimos desde la Edad de bronce. Hoy en día, es el séptimo cereal más cultivado en el mundo y la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) estadounidense la define como un “alimento específico para la salud”.
Aunque inicialmente la avena se utilizaba para alimentar al ganado, sus buenas propiedades están haciendo que cada vez sea más usada para el consumo humano, incluso existen estudios que recomiendan incluirla en la alimentación de niños, adolescente y personas mayores, débiles, enfermas e incluso hospitalizadas, ya que parece ser que refuerza el organismo y es un buen reconstituyente.
Podemos consumir avena en forma de copos, salvado, tostadas, galletas, harina e incluso como leche.
Propiedades de la avena
La avena es muy nutritiva. Aporta gran cantidad de fibra soluble que aporta betaglucanos que ayudan a mantener los niveles adecuados de colesterol en la sangre. Además esta riqueza en fibra ayuda a mantener sana la microbiota intestinal regular el transitivo, contribuyendo a prevenir el estreñimiento.
Al ser un grano entero tiene buenas cantidades calcio, fósforo, hierro y vitaminas B1, B2, B3 y E, así como de proteínas y ácidos grasos insaturados.
Como todos los cereales, los hidratos de carbono son el nutriente más destacable. Se trata de carbohidratos de absorción lenta que nos proporcionan energía durante más tiempo.
Los desayunos con avena resultan nutritivo y energizantes y son una forma muy interesante de empezar el día con las pilas cargadas.
Cómo tomar avena
Los copos de avena es la forma más habitual de tomar este cereal. Se puede añadir a la leche o al yogur, pero resultan mucho más digestivos si los cocinamos durante unos minutos. De todas las recetas que podemos elaborar estos copos, el porridge, es la más clásica y tradicional, pero con ellos también se preparan hamburguesas vegetales, postres, galletas, barritas de cereales, …
La harina de avena también va ganando adeptos, ya que es más rica en proteínas y en fibra y tiene un sabor suave y delicado. Además en la cocina, la harina de avena es tan versátil como la harina de trigo y podemos preparar con ellas desde buñuelos hasta tartas, panes, crakers, …
La leche de avena es otra opción para tomar este cereal. Tiene muy buen sabor y resulta digestiva. Se puede tomar sola o preparar con ella una infinidad de recetas, desde smoothies, hasta cremas de verduras, helados, batidos…. Además la podemos encontrar enriquecida con calcio, para que resulten más nutritivas. Con esta leche, también es posible elaborar yogures, que tienen un sabor extraordinario y son muy suaves de tomar.
Y si lo que quieres es enriquecer la dieta con fibra, podemos recurrir al salvado de avena. Éste se puede usar para preparar hamburguesas, cremas saldadas o dulces, smoothie, batidos, …
Extracto de avena, regulador anímico
Pero la avena resulta terapéutica más allá de ser un cereal rico y nutritivo. De la planta se obtiene un extracto que ayuda a regular el estado de ánimo. Este extracto tiene dos sustancias muy interesantes. En primer lugar tiene avenina, un principio activo que actúa sobre nuestro sistema nervioso ayudándonos a relajarnos y conciliar el sueño, sobre todo cuando tenemos insomnio provocado por un estado de nerviosismo.
Pero cuando lo que estamos es cansados y fatigados, este extracto también nos ayuda, ya que tiene trigonelina, una sustancia estimulante suave que nos ayuda a combatir la fatiga. Avenina y trigonelina combinadas, nos ayudan a regular nuestro nivel de actividad.
¿Te ha gustado este post? Suscríbete a nuestro boletín de noticias así recibirás las mejores recetas, nuestras últimas noticias y las tendencias más novedosas para disfrutar de una vida más saludable: www.santiveri.com/es/newsletter.